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Terapia ocupacional, el oficio de proporcionar autonomía
La adaptación del entorno o el uso de ayudas técnicas es el trabajo de los terapeutas
Una terapeuta con material para los pacientes. La Opinión
MATUCHA GARCÍA. MÁLAGA La terapia ocupacional fue definida por la asociación americana en 1968 como «el arte y la ciencia de dirigir la respuesta del hombre a la actividad seleccionada para favorecer y mantener la salud, para prevenir la incapacidad, para valorar la conducta y para tratar o adiestrar a los pacientes con disfunciones físicas o psicosociales».
Recientemente, la asociación española de terapeutas ocupacionales la calificaba como «la disciplina socio-sanitaria que evalúa la capacidad de la persona para desempeñar las actividades de la vida cotidiana e interviene cuando dicha capacidad está en riesgo o dañada por cualquier causa. El terapeuta ocupacional utiliza la actividad con propósito y el entorno para ayudar a la persona a adquirir el conocimiento, las destrezas y actitudes necesarias para desarrollar las tareas cotidianas requeridas y conseguir el máximo de autonomía e integración».
Para muchos es una de las grandes desconocidas del ámbito sanitario. La terapeuta Adela Barranco Gómez nos acerca a la realidad de esta profesión y a las ventajas que proporciona al paciente. Una intervención en terapia ocupacional busca conseguir el máximo nivel de autonomía personal de aquel que depende de otros para llevar a cabo actividades diarias como alimentarse, vestirse o asearse.
«Se trata de aumentar el nivel de autonomía y reducir la dependencia. Además estos profesionales tratamos las disfunciones o patologías relativas al brazo y a la mano», comenta Adela Barranco, que es responsable del equipo de terapia ocupacional del hospital Quirón.
¿Es posible superar determinadas barreras físicas y psíquicas? Sí, precisamente gracias a la terapia ocupacional. En definitiva esta disciplina interviene en cualquier proceso de pérdida de autonomía. Accidentes cerebrovasculares, traumatismos craneoencefálicos, el síndrome del túnel del carpo –es una neuropatía periférica que ocurre cuando el nervio mediano, que abarca desde el antebrazo hasta la mano, se presiona o se atrapa dentro del túnel carpiano, a nivel de la muñeca–. También a nivel psiquiátrico y en atención temprana entran en juego estos profesionales.
Para empezar se realiza una valoración inicial en la que se analiza función por función el estado del paciente, si la demanda es por pérdida de autonomía; o, si es sobre el miembro superior, se estudia articulación por articulación.
Actividades dirigidas para mejorar la coordinación; adaptación de cubiertos, girándolos un ángulo de 90 grados, engrosando el mango, haciéndolos más o menos pesados; así como todo tipo de ayudas técnicas, son en la práctica algunas de las útiles labores que desarrollan los terapeutas.
«Por ejemplo, somos nosotros los que adaptamos el entorno del paciente. Si una persona con una lesión medular, que sabe que va a estar de por vida en una silla de ruedas, tiene un baño pequeño, nosotros tratamos de determinar cómo reformar ese cuarto de baño con los menos cambios posibles y la mayor funcionalidad y accesibilidad para esa persona», explica Adela Barranco. «O entrenamos al paciente en el uso de la silla de ruedas», subraya la experta.
La otra gran parcela es el tratamiento de las patologías o disfunciones del miembro superior y la mano (el brazo y la mano), lo que se denomina motricidad fina. «Nos dedicamos a rehabilitar todas las funciones concretas del brazo y de la mano», reseña.
La terapeuta ocupacional explica además que queda mucho por hacer aún en esta parcela. «No es una profesión tan nueva. En España existe ya desde el año 64, pero es cierto que hace falta impulsarla más. Yo sí creo que es la gran desconocida de las profesiones sanitarias», declara a este periódico. Para este tipo de pacientes acudir a un terapeuta ocupacional puede y debe suponer un antes y un después en su vida, dice.
Técnicas de los especialistas
Tienen una función primordial en materia de ayudas técnicas y adaptaciones así como en la evaluación e implementación de ortesis y prótesis; las técnicas de transferencias y movilidad en la cama; las transferencias asistidas y las independientes; las técnicas de levantamiento; el manejo de la silla de ruedas; la movilidad del individuo con discapacidad y la detección de barreras arquitectónicas y urbanísticas y el abordaje de los problemas de movilidad en el hogar.
Respecto de los campos de actuación propios de la terapia ocupacional se mencionan: discapacidades físicas y sensoriales, drogodependencia, educación, geriatría, marginación social, pediatría, discapacidad intelectual, rehabilitación laboral, salud mental, trastornos neurológicos, trastornos posquirúrgicos e intervención comunitaria.
Fonte: http://www.laopiniondemalaga.es/
Terapia ocupacional, el oficio de proporcionar autonomía
La adaptación del entorno o el uso de ayudas técnicas es el trabajo de los terapeutas
Una terapeuta con material para los pacientes. La Opinión
MATUCHA GARCÍA. MÁLAGA La terapia ocupacional fue definida por la asociación americana en 1968 como «el arte y la ciencia de dirigir la respuesta del hombre a la actividad seleccionada para favorecer y mantener la salud, para prevenir la incapacidad, para valorar la conducta y para tratar o adiestrar a los pacientes con disfunciones físicas o psicosociales».
Recientemente, la asociación española de terapeutas ocupacionales la calificaba como «la disciplina socio-sanitaria que evalúa la capacidad de la persona para desempeñar las actividades de la vida cotidiana e interviene cuando dicha capacidad está en riesgo o dañada por cualquier causa. El terapeuta ocupacional utiliza la actividad con propósito y el entorno para ayudar a la persona a adquirir el conocimiento, las destrezas y actitudes necesarias para desarrollar las tareas cotidianas requeridas y conseguir el máximo de autonomía e integración».
Para muchos es una de las grandes desconocidas del ámbito sanitario. La terapeuta Adela Barranco Gómez nos acerca a la realidad de esta profesión y a las ventajas que proporciona al paciente. Una intervención en terapia ocupacional busca conseguir el máximo nivel de autonomía personal de aquel que depende de otros para llevar a cabo actividades diarias como alimentarse, vestirse o asearse.
«Se trata de aumentar el nivel de autonomía y reducir la dependencia. Además estos profesionales tratamos las disfunciones o patologías relativas al brazo y a la mano», comenta Adela Barranco, que es responsable del equipo de terapia ocupacional del hospital Quirón.
¿Es posible superar determinadas barreras físicas y psíquicas? Sí, precisamente gracias a la terapia ocupacional. En definitiva esta disciplina interviene en cualquier proceso de pérdida de autonomía. Accidentes cerebrovasculares, traumatismos craneoencefálicos, el síndrome del túnel del carpo –es una neuropatía periférica que ocurre cuando el nervio mediano, que abarca desde el antebrazo hasta la mano, se presiona o se atrapa dentro del túnel carpiano, a nivel de la muñeca–. También a nivel psiquiátrico y en atención temprana entran en juego estos profesionales.
Para empezar se realiza una valoración inicial en la que se analiza función por función el estado del paciente, si la demanda es por pérdida de autonomía; o, si es sobre el miembro superior, se estudia articulación por articulación.
Actividades dirigidas para mejorar la coordinación; adaptación de cubiertos, girándolos un ángulo de 90 grados, engrosando el mango, haciéndolos más o menos pesados; así como todo tipo de ayudas técnicas, son en la práctica algunas de las útiles labores que desarrollan los terapeutas.
«Por ejemplo, somos nosotros los que adaptamos el entorno del paciente. Si una persona con una lesión medular, que sabe que va a estar de por vida en una silla de ruedas, tiene un baño pequeño, nosotros tratamos de determinar cómo reformar ese cuarto de baño con los menos cambios posibles y la mayor funcionalidad y accesibilidad para esa persona», explica Adela Barranco. «O entrenamos al paciente en el uso de la silla de ruedas», subraya la experta.
La otra gran parcela es el tratamiento de las patologías o disfunciones del miembro superior y la mano (el brazo y la mano), lo que se denomina motricidad fina. «Nos dedicamos a rehabilitar todas las funciones concretas del brazo y de la mano», reseña.
La terapeuta ocupacional explica además que queda mucho por hacer aún en esta parcela. «No es una profesión tan nueva. En España existe ya desde el año 64, pero es cierto que hace falta impulsarla más. Yo sí creo que es la gran desconocida de las profesiones sanitarias», declara a este periódico. Para este tipo de pacientes acudir a un terapeuta ocupacional puede y debe suponer un antes y un después en su vida, dice.
Técnicas de los especialistas
Tienen una función primordial en materia de ayudas técnicas y adaptaciones así como en la evaluación e implementación de ortesis y prótesis; las técnicas de transferencias y movilidad en la cama; las transferencias asistidas y las independientes; las técnicas de levantamiento; el manejo de la silla de ruedas; la movilidad del individuo con discapacidad y la detección de barreras arquitectónicas y urbanísticas y el abordaje de los problemas de movilidad en el hogar.
Respecto de los campos de actuación propios de la terapia ocupacional se mencionan: discapacidades físicas y sensoriales, drogodependencia, educación, geriatría, marginación social, pediatría, discapacidad intelectual, rehabilitación laboral, salud mental, trastornos neurológicos, trastornos posquirúrgicos e intervención comunitaria.
Fonte: http://www.laopiniondemalaga.es/